Fausto se encuentra, como cada día, en su rutinario trabajo de oficina, esta normalidad es detenida cuando recibe una llamada del Diablo, la cual Fausto juzga como falsa, al cortar el teléfono su vaso de agua explota y su jefa Carolina se acerca a él, Fausto se sorprende al escuchar la misma voz del teléfono saliendo de la boca de su jefa, la voz del Diablo quien le hace recordar que este es su eterno castigo, Fausto sabe lo que tiene que hacer, toma un hacha y asesina a Carolina, luego todo vuelve a comenzar, el teléfono vuelve a sonar, y Fausto vuelve así a repetir otra vez el momento que lo llevo a ganarse su lugar en el infierno y el cual esta destinado a revivir por el resto de la eternidad.
